18 junio 2007

UNA CAJITA DEL AMOR PARA EL DÍA DEL PADRE

UNA CAJITA DEL AMOR PARA EL DÍA DEL PADRE


Todo el fin de semana fue para festejar a los padres, primero con mi suegro que con todo y sus 86 años se puso a brincar la cuerda con los nietos. A veces me da miedo tanta vitalidad que tiene el hombre y cuando vamos a su casa muy disimulada reviso con la mirada a ver si le encuentro el bote del ging-seng, más porque cuando lo acompañamos a misa no falla que se forma en al fila para confesarse, señal de que tiene pecados el condenado y hasta mando al hooligan para que se pare muy cerquita a ver si con suerte escucha algo y es que con eso de la genética a ver si el susodicho cuando llegue a esa edad en lugar de andar brincando la cuerda le da por andar brincando del ropero (Dios me oiga,…digo me lea).


Luego ayer fuimos a festejar a mi papá y le hice una “cajita del amor” como la de La Tatuada, porque una vez que fuimos a una fiesta de mis sobrinos un niño mordió a un amiguito del hooligan que había invitado, hasta que llegué yo y le tuve que abrir la boca casi con un palo para hacerle palanca, le estaba yo revisando si no le salía espuma por la boca por aquello de la rabia cuando en eso salió la Tatuada y le dijo con una voz igualita a la de Blanca Nieves cuando les dice a los Enanos que se le laven las manos o si no no les sirve de cenar, “A ver hijo, recuerda que hay que abrir la cajita del amor”, de ahí que el susodicho cada vez que ve al hooligan como loco peleándose con Lady Pubertiana le imita la voz a la Tatuada y le dice que “Abra su cajita del amor”.


Mi papá no tiene rabia, ni jamás le ha salido espuma por la boca,…bueno solo cuando le dije que me casaba con el susodicho y le confesé que era 11 años mayor que yo, pero de ahí en fuera nunca, por eso busqué cosas que le significaran algo especial y se las pegué en la cajita del amor, para que la abra cada vez que se quiera acordar de algo bonito.

Aquí entre nos le iba a hacer una al susodicho para que se la dieran mis hijos, pero como me dijo que le recordaba a un Tlacuache, casi lo mato al condenado. Más cuando le pregunté que porqué me decía eso y el muy cínico me contestó que porque el viernes que estuvo viendo el Animal Planet con el hooligan, dijeron que cuando los Tlacuaches se sienten acosados se hacen los muertos para despistar al enemigo y que luego luego se acordó de mí el condenado ¡háganme favor! Si ya decía yo que lo romántico se le estaba quitando al susodicho por eso la que se va a hacer una cajita del amor soy yo, para abrirla mil veces a ver si con esas se me olvida que a veces tengo ganas de quedarme viuda ¡pos este!

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