16 octubre 2006

LA FELICIDAD VIENE EN CATÁLOGO

LA FELICIDAD VIENE EN CATÁLOGO


¡Ay Dios! No es por intrigar pero el sábado me la pasé así miren:


Que terminé con la mano acalambrada ¡qué barbaridad! De pronto pasaba la condenada Lady Pubertiana y me veía y soltaba la carcajada, de esas carcajadas que no más le salen a una cuando ya traes acumulados 3 kilos de burla. La condenada escuincla dice que no sirve eso de escribir en papel, que para decir HOLA no más se pica el SEND y sanseacabó. Pero ya le dije que de todo ese alterón de e-mails que llegaron con el “Yo también juego” habrá alguno que otro que me conteste y ya le quiero ver la carota cuando en el buzón se encuentre algo que no sean las mentadas cuentas para pagar.

Todo por que regresando del partido del hooligan que ahora fue en un estadio techado del equipo de las Águilas del América, (que he de confesar que para cuando terminó aquello ya las águilas olían a leones de tanto sudor iuuuuc!), antes de entrar a la casa, me asomé al buzón a buscar los ultimátums de pago que colecciona el susodicho, cuando de pronto veo un sobre todo gordito y el hooligan para pronto gritó:
“¡Ya le mandaron algo a mi mamá!”

Pero no, yo todavía no mando nada por que no he terminado mi alterón, así que para pronto me fui a sacar aquello y resulta que no eran cuentas, era un catálogo de palomas mensajeras que le mandaron desde Estados Unidos al susodicho. ¡Mira no más! El susodicho no habla ni jota de inglés pero bien que en cuanta página encuentra del internet de sus dichosas palomas les escribe ahí como Dios le dio a entender: “Ai goant a fri catalog” hasta que pega su chicle y cae algún alma cartitativa que se apiada de su inglich y se lo manda.

¡Bueno! No les quiero decir la cara de emoción de este hombre, por primera vez en mucho tiempo a mitad del partido de fútbol, en lugar de gritarle a los jugadores, el miraba su catálogo y le pasaba las hojas como si en cada pasada estuviera viendo un tesoro.

-¿Ves? – le digo a Lady Pubertiana que veía asombrada la cara de su papá perdido en el gozo al pasar de las hojas
–¿te das cuenta como algo que llegue al buzón te puede hacer el día feliz?

Ya no dijo nada la condenada escuincla, y a decir verdad ni yo tampoco y es que les juro que no le había visto al susodicho esa cara ni viendo una revista de viejas en bikini.

Así que prepárense ustedes, que no les mandaré nada emplumado pero eso sí, les prometo que les dará gusto revisar el buzón. =)


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