28 julio 2006

UNA TARDE DE CAFÉ

UNA TARDE DE CAFÉ



Ayer me llamó mi hermano ¿se acuerdan que les había contado de él? Bueno, él no lo sabe pero en la cocina tengo el cable del teléfono de esos que son como de chino africano pero laaaargo, el susodicho no ha puesto inalámbrico porque dice el condenado que disfruta ver que parezco perro con correa cuando estoy hablando por teléfono y por default los escuincles empiezan a pelear y ya justo cuando estoy a punto de soltar el primer pellizco hasta 2 milímetros antes del brazo del que me quede más cerca, el cable no da más y tengo que empezar a tronar los dedos que significa cuenta regresiva de unaaaa, doooooos.. antes de que arda Troya.

Pero el cable largo también sirve para estar sin estar con mi hermano cuando me llama. Me sirvo un café que él ni siquiera ve y entre sorbos y plática nos pasamos el rato poniéndonos al corriente del día a día, aunque terminamos con la oreja bien planchada pero con el sabor dulce de haber tomado el café solos pero en compañía.

Algo parecido como cuando vengo a escribirles acá y empiezan a llegar los comments, que son como cuando esperas visitas y tocan el timbre y el hooligan corre emocionado a abrir la puerta para ver quien es, ustedes no lo saben pero también se toman el café conmigo. Por eso les vengo a avisar que me voy de vacaciones 15 días antes de que termine como el Zidane y empiece a repartir cabezazos a estos escuincles, pero les dejo el refrigerador lleno de Danoninos (Lirva ahí tú repartes) y las llaves donde ya saben, no rompan vasos como la vez pasada que la Dra. Kleine y Noemí escondieron los vidrios debajo del tapete ehhhh !

Así que ya saben, ahí les encargo el Recetario y me esperan que yo regreso el día 14 de Agosto muy puntual para tomarme otro cafecito con ustedes.

¡NOS VEMOS PRONTO!

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