03 abril 2006

LA FILOSOFÍA DE LA MESA PUESTA

LA FILOSOFÍA DE LA MESA PUESTA


Ayer en la noche después de arrear a los escuincles 2 horas para que se bañaran caímos el susodicho y yo casi muertos en la cama. Siempre el susodicho enciende la televisión y la ve para adentro, al menos eso parece porque el control remoto no pasa canales, más bien le cierra por automático los párpados. Pero ayer fue otra cosa, el susodicho miraba sin mirar, me dí cuenta cuando estaba el noticiero de deportes diciendo de quien se va al mundial y me planté a abrir un cajón del mueble en mero enfrente y no me gritó para que me quitara como siempre.

-¿Qué piensas?- le pregunté esperando su típico “Nada” que me da más angustia que su “Shoootiamomividaaaa” de cuando le da por sentirse baturro y se empina una bota llena de vino tinto cuando hay fiesta en la casa.

-¿Cómo serán los hijos en el futuro?

- In vitro – le contesto mientras me voy poniendo la pijama, -y además todos igualitos, clones de Brad Pit y Demi Moore hasta por debajo de las piedras ya vas a ver.

-Eso noooo- me contesta con el mismo tonito que usa el hooligan cuando lo mando a bañar y sigue, -¿Cómo será nuestra vida y la de los hijos? – dijo, y a mi les juro que me empieza a entrar un poco de miedo porque la última vez que le entró lo filosófico a este hombre se le vinieron unas agruras que dios guarde la hora y suplicaba entre quejidos de Schopenhauer por un Melox.

No crean, muchas veces he pensado lo mismo, lo visualizo cuando los veo comportarse en la mesa, por ejemplo, si a Lady Pubertiana le pido que sirva el agua para todos, después de mil amenazas de muerte toma la jarra y sirve solo un vaso –el de ella- y sigue comiendo, y me doy cuenta de que esta escuincla es linda pero la pobre nació un poco egoísta y entonces muy devota le pido a Dios que le mande un marido millonario para que no me la regresen a las primeras de cambio. Luego voy y le pido a mi querido hooligan que me pase una servilleta y se pierde dos horas adentro de la alacena y le pego un grito cuando me lo encuentro trepado en el anaquel de arriba viendo a una arañita y me lo imagino de biólogo como el dice que va a ser de grande, sabradiosdónde estudiando a los animales muy metido en sus cosas y entonces comienzo a comprender que esos escuincles que estuvieron sentados comiéndose el espagueti en la mesa un día de estos se me van a ir a hacer lo suyo: una a servirle el agua a algún galancete por voluntad propia cuando finalmente haya llegado el día en que por fin esta escuincla sienta que alguien más verá por ella lo que ella verá por ese alguien más (aunque sea el greñudo ese de la patineta) o que el hooligan busque arañas en otra alacena, la de SU casa y entonces al fin pueda contratar el servicio de fumigación que siempre he dejado pendiente nada más para no coartar la inspiración de este niño.

Por eso mejor ya no le contesté nada al susodicho porque no quiero agobiarlo con mi filosofía de la mesa puesta y me sentí tranquila y satisfecha cuando recordé que no ha pasado un solo día en estos diecisiete años en que el susodicho haya dejado de subirme una taza de café por las mañanas o que yo haya dejado de esperarlo para cenar los dos juntos. Así que ya mejor me fui muy complacida derechito al botiquín, que al fin y al cabo me sale más barato ir a buscar el dichoso Melox que pagarle una terapia con el psiquiatra al filósofo que duerme conmigo.
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