20 febrero 2006

CÓMO HACER UN FRIJOL CHARRO

CÓMO HACER UN FRIJOL CHARRO

Hace ocho años a esta hora justo estaba atorada en el tráfico a punto de parir a mi querido hooligan que ahí anda roncando mientras yo les escribo esto, porque su madre que los friega de un hilo todo el año con que "apúrense van a llegar tarde, arreglen las mochilas, córranle que ya es hora", el día de su cumpleaños voy al pie de su cama, les doy un beso y les digo en tono quedo “Feliz Cumpleaños” y antes de que empiecen a retorcerse como todos los días cuando les grito que ya es hora, les doy la buena noticia de que por motivo de su cumpleaños se suspenden las actividades para el festejado y me contestan casi como boxeador en pleno knock out “Grashiashhh” entre dientes, mientras los dejo dormir como lirones a los pobres. Aunque todavía no descubro si lo que más disfrutan es quedarse dormidos un rato más o que el otro, el no festejado, se tenga que ir muerto del coraje a la escuela.

Justo me estaba acordando que cuando quise embarazarme de mi querido hooligansito le dije al susodicho que ni por equivocación le pasaba por la cabeza tener otro hijo, que si no nos aventábamos por el segundo escuincle, íbamos a parecer abuelos en lugar de papás y para pronto el susodicho sacó su tarro de frijoleiros del clóset y lo puso en su buró.

Luego estaba necio el hombre con que quería que fuera niño, "Este tiene que ser frijol charro" dijo, y estuvo dispuesto a hacer todo lo necesario para que así fuera, esa fue la única vez que ha querido seguir una dieta y que en su vida ha seguido un horario. Estoy segura que si le hubieran dicho que tenía que colgarse del ventilador y dar tres vueltas lo hubiera hecho tal cual con tal de que el tino no le fuera a fallar.

En cuanto el Doctor nos hizo un ultrasonido no tuvo que decirnos el sexo, para pronto se vió en primera plana que el bebé tenía 3 patitas y al susodicho se le infló el pecho mucho más que cuando su equipo de los Pumas gana algún campeonato. De ahí decidimos cerrar la fábrica definitivamente y abrir Six Flags.

Pero una noche antes, entre el nervio y que el doctor dijo que cenara bien porque no iba a poder comer en muchas horas, soñé que ya pasado todo el show del parto le preguntaba al doctor si no había tenido ningún problema con la clausura de la fabriquita y el doctor se volteaba a verme pelando el ojo diciendo para sus adentros “Iiiiii” de que se le olvidó y yo me desperté con el peor grito de terror que se haya escuchado jamás en esta colonia. Así fue que todavía no salía el sol y yo ya le estaba llamando al doctor para amenazarlo de muerte.

Por eso en esta casa los 20 de Febrero cuando mi querido hooligan apaga las velas del pastel, el susodicho se para atrás y sin que nadie lo vea también sopla un poquito, porque a parte de festejarle los años a su hijo, él festeja que donde puso el ojo, puso el frijoleiro charro.

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