14 noviembre 2005

UN NISSAN PARA TODA LA VIDA

UN NISSAN PARA TODA LA VIDA

El Domingo, en el estacionamiento del supermercado como en un flash de esos blanco y negro que pasan en las películas cuando se están acordando de algo, así igualito vi pasar en una camioneta de lujo a aquel novio que tuve en mis años mozos. Se veía igual, un poco más llenito pero como un retrato el hombre, joven igual que en aquellas épocas.

Luego luego empiezas a comparar, a pensar si te verás igual tú también o si te verá muy fregada por la vida. Iba con su pareja, supongo, porque no me atreví a ir a saludarlo. Se me hizo un hueco en el estómago, ¡qué horror! No le perdí detalle. Se estacionó y rápido fue abrirle la puerta a su mujer el muy caballeroso. Después regresó y le subió las bolsas del súper a la cajuela. ¡Ahhhh qué galanterías! De esas que ya solo te hacen los muchachitos en el súper si te ven con cara de que les vas a dar propina.

De pronto miró a dónde estaba yo, y rápido me volteé. Sentí la mirada en la espalda un buen rato, de esas veces que no sabes si regresar a como estabas o esperar otro ratito y quisieras ser chino para que con el ojo bien rasgado alcanzaras a ver si ya puedes voltear.

¡Dios de mi vida, qué cosas! No pude evitar pensar cómo hubiera sido mi vida con él, si ya se habría divorciado de mí por lo desordenada que soy él siendo tan metódico para tener todo en su lugar, si hubiéramos comprado la casita aquella que dijo, si iba a soportar que contara cosas de él a medio mundo por el internet, si el guardara los calcetines luídos y marcados con crucesitas porque le recuerdan su niñez.

En eso el susodicho que venía de dejar el carrito del súper en su lugar se subió al coche y me le quedé mirando con esa nostalgia de tantos momentos compartidos, con ese sentir de tanto amor y esa voz de mi abuelita a lo lejos que siempre dijo “Te dije que el susodicho estaba muy viejo para ti”

-¿Ves esa camioneta?- Me pregunta y a mi se me encoge el estómago peor que si me hubieran hecho una liposucción.

-Es el modelo que me gusta- me dice.

Y yo ya soltando el aire todavía verde del susto le dije: “A mi me gusta más tu Nissan”



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