27 marzo 2005

AROMAS QUE MATAN

AROMAS QUE MATAN

Ayer estaba en una reflexión profunda en el único lugar donde puede uno concentrarse y repasar la idea con efecto de eco. Ese lugar de azulejos de cuyo nombre no quiero acordarme. Ahí estaba yo mientras veía a un animalito muy raro treparse por la pared. Tenía forma de bota igualita a la que se empina el susodicho llena de vino tinto cuando hay pachangas.

Caminaba más rápido que mi mamá cuando va por los pasillos del centro comercial Santa Fe..¡Qué bárbaro! Llevaba prisa el móndrigo.

Le acerqué el zapato a ver si le atinaba pero el muy listo se escondió en el recoveco de la pared y no alcanzaba. Le acerqué un papel a ver si se caía y nada.

Le apunté cual escopeta con el aromatizante del baño, ese que huele a frutas tan rico y le solté dos descargas. Al instante cayó fulminado el pobre, apenas y se movía, estiraba las patitas y temblaba y en pocos segundos se murió.

Me le quedé mirando a la etiqueta asombrada buscando todos esos ingredientes raros que suenan bien pero que nadie entiende: Alcohol Etílico, Propelente Hidrocarburo, TEG y Fragancia.

-¿TEG?- pensé –Eso debe ser, seguro murió por el TEG porque el Alcohol al susodicho no lo mata, nada más lo transforma en cavernícola, el Hidrocarburo me suena motor de auto...¡entonces debió ser el TEG! –

Yo por si acaso voy a tener el botecito de este TEG a la mano por si acaso un día el susodicho llega tarde, borracho, con la camisa llena de lipstick argumentando que viene de una endodoncia y tenga yo que ‘aromatizarlo’.




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