04 noviembre 2004

UNDERGROUND BUSINESS

Primer piso: La Señora Lupita con su tenderete de enemil artículos de fieltro hechos a mano por sus hijas solteronas, Anastasia y Griselda. Frente a ella está la secre de la Ginecóloga, una señora de lentes que aplica muy bien sus estrategias mercadólogas para ganar clientes dándoles siempre una quincena más que las hermanitas. Subiendo al frente se encuentra La Doña, una señora que levanta la ceja sobre el marco de sus lentes como la Félix y que da módicos plazos para todo tipo de calzado en temporada. Y al fondo puedes encontrar todo tipo de catálogos con sugerentes fotografías 90-60-revienta de todo tipo de lencería. Piso a piso te topas con una manera sutil de endrogarse hasta el cuello.

Y todo esto no lo encuentro en una tienda departamental, éste es el mero business, el que corre bajo el agua libre de impuestos y enfadosas declaraciones en el edificio de oficinas donde me encuentro.

LA CURVA DE LA FELICIDAD

El susodicho y yo comenzamos la dieta juntos. Tengo un larguísimo historial cual si fuera un recorrido turístico de nutriólogos y dietistas, ya probé la dieta de la luna, del sol, del eclipse, de media noche, de medio día, de cabeza, en fin...todo lo que se les venga a la mente. Inclusive recuerdo una en la que te hacían firmar al comienzo del tratamiento una responsiva deslindando a la mentada clínica de consecuencias. Pero siempre pensamos que ésta es la buena. Mi cuñadito logró bajar 27 kilos con esta dieta que le dió una nutrióloga, así que toda la familia tomamos el ejemplo y ahí vamos a su sombra con el mismo empeño.

Dijimos que no veríamos la báscula hasta después de 2 semanas. Hoy se cumplieron y el odiosísimo e insportable del susodicho ya bajó 4 kilos como diría Clavillazo: Ayyy no maaaaaaaaaasss ! Y yo asqueada de tanta sopa de verduras y siendo cliente frecuente de Bonafont llevo un méndigo kilito.
Pero que no cante victoria hasta que logre mirar el suelo sin ninguna interrupción.

¡Such is life!







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