13 septiembre 2004

AL MAL TIEMPO DARLE GERBER

Por fin, decidida a emprender el vuelo hacia el campo ejecutivo dejé la apacible vida de recién casada. Curriculum en mano salí a buscar trabajo. Recorrí varias empresas como si fueran estampitas del album de Shrek: "ya la tengo, repetida, ya... ya". El mismo procedimiento de siempre: exámenes de Inglés, psicométricos, psicosomáticos...psicoanalíticos, psicopedagógicos, psicoprofilácticos jejeje todo los que se les ocurra !! hasta de ortografía, con tal de constatar que sí va con 'v' de vaca...al menos no preguntaron de qué número calzaba.

Llegué al octavo piso de aquel edificio de mármol en la esquina de mi casa. Justo el lugar ideal para trabajar. Abrió la puerta una señorita muy amable que me hizo tomar asiento mientras al poco tiempo aparecía un señor almidonado desde la pestaña hasta la valenciana del pantalón.

- "Mmmmmm recién casada", comentaba mientras revisaba mis datos.
- "Eso significa que no tardará en darnos la sorpresa de un bebé"- Un comentario que ambicionaría estar en el escritorio de algún abogado en Leyes y Derechos del Trabajador.

- "Naaaaa cómo va a creer eso usted, si por eso estoy interesada en el trabajo."-


Terminó la entrevista con la promesa de una próxima llamada.

Cuatro semanas después el teléfono sonó. La oferta seguía en pié justo para comenzar el Lunes, mientras en la otra mano sostenía una hoja de papel que al calce tenía impresa la palabra: POSITIVO.







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